Por la Fe (parte 2)

Hebreos 11:8-16

Dios nos llama a vivir una vida de Fe una vida en la que nuestros ojos estén fijos en Dios y no en las circunstancias o adversidades, a través de Hebreos podemos ver la vida de hombres que confiaban en Dios hombres que no veían a su alrededor si no que más bien su mirada estaba puesta en Dios en las cosas celestiales, El éxito de un Cristiano lo resumiría en dos sencillas palabras Fe y amor, creo que no hay mas ahí está la clave, la fe y el amor es el motor que nos impulsa en nuestro día a día, Hebreos 11 nos habla de Abraham quien confió en Dios y en sus promesas y como él vivió en la tierra que le había sido prometida mas vivió ahí solo como un extranjero, a veces cuando veo formularios donde veo la pregunta de cuál es tu nacionalidad, pienso, realmente cual es mi nacionalidad, la Biblia nos dice que aunque vivimos en el mundo ya no somos parte de él, si no que más bien andamos como peregrinos buscando nuestra nacionalidad una nacionalidad que no se encuentra en el mundo, sino más bien la nacionalidad celestial, es frecuente escuchar la frase "hogar dulce hogar" generalmente la oímos o la decimos después de un largo periodo fuera de casa, Pues déjame decirte que así deberíamos vivir la vida en esta tierra más bien anhelando nuestra verdadera morada en el cielo.

Donde estas fincando tu hogar? En la tierra, donde estas acumulando tesoros? En donde estas tu poniendo tu mirada, en las circunstancias tal vez o en lo material o en los hombres o en la economía nacional? Esto es pasajero, que nos llevaremos después de la muerte? Nada.

Invierte en una propiedad permanente no en una temporal, o quien sabiendo que su casa será demolida en una semana aun así la compra?

Dios quiere que confiemos en él y en su provisión, Dios nos a prometido suplir nuestras necesidades si nosotros permanecemos en El, es un intercambio justo, busquemos a Dios y el vera por nosotros.

Vivamos cada día anhelando una morada eterna no dependiendo de las cosas de este mundo, vivamos cada día agradecidos con Dios, caminando con el viviendo una vida de extranjeros, confiando en todo momento en las promesas de Dios, El es el que nos prepara para los momentos difíciles, solo no dejes de creer en sus promesas.

Vivamos anhelando cada día la morada celestial, aprendiendo a vivir solo por Cristo, disfrutemos cada minuto que vivamos en esta tierra de peregrinos, pero no nos aferremos a las cosas que en este mundo ahí, vivamos una vida que impacte, una vida que agrade a Dios, una vida que valga.

Hector